1.1 Introducción
La finalidad de este trabajo es la creación de una empresa desde su punto de vista sociológico, así desde la práctica personal, se podrá comprender mejor su funcionamiento interno.
Para ello cada alumno escogerá el tipo de empresa a su gusto y se desarrollarán los diferentes puntos a tener en cuenta, tanto de manera teórica como, posteriormente, de manera práctica.
1.2 Marco teórico
La sociología (del latín socius, socio, y del griego «λóγος» logos) es la ciencia que estudia, describe y analiza los procesos de la vida en sociedad. Su objeto de estudio son los seres humanos y sus relaciones sociales, las sociedades humanas. La sociología utiliza diferentes métodos de investigación empírica y análisis crítico para perfeccionar y desarrollar un conjunto de conocimientos acerca de la actividad social humana, a menudo con el propósito de aplicar dichos conocimientos a la consecución del bienestar social o bien, si hablamos de sociología de la empresa, al ámbito empresarial como herramienta en la investigación de mercados, consumo y publicidad. La sociología estudia todos los fenómenos sociales a nivel macro y micro, desde el espectro objetivo hasta el subjetivo. Para abordar este análisis se aplican métodos de investigación diversos tanto cuantitativos como cualitativos. La sociedad, ha sido un tema importante de reflexión para grandes pensadores, como Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Comte, Durkheim..etc. que, con la evolución de la misma, han intentado entender y explicar como funciona la sociedad. A continuación pasamos a citar algunos de ellos:
Karl Marx tuvo una gran influencia en la sociología y en las demás ciencias sociales. Fuera de estos ámbitos, es más conocido por sus escritos sobre el comunismo.
Dijo que la clase trabajadora vencería a la clase propietaria, y el resultado sería una utopía en la que el gobierno se atrofiaría hasta desaparecer y los principios de la economía estarían basados en el lema «para cada uno según su necesidad, y de cada uno según su capacidad».
Su contribución principal al pensamiento sociológico es la perspectiva denominada «Teoría del conflicto», según la cual, la organización y el cambio social se basan en los conflictos que surgen en la sociedad.
Sus nociones del cambio tienen sus raíces en los textos de un filósofo, Hegel, que desarrolló el concepto de dialéctica. Esta noción se basaba en la idea de que todo lleva en sí mismo las semillas de su propia destrucción, pero que una nueva forma surgirá de sus cenizas.
Marx tomó esta idea de la dialéctica y la aplicó a la sociedad, afirmando que los orígenes del cambio son todos materialistas, y no se basan en ideas. En nuestros términos, esto significa que pertenecen a las dimensiones culturales de tecnología y economía.
Al ir derivando la tecnología de la gente de la recolección y la caza a la agricultura (horticultura, ganadería) y a la revolución industrial, los cambios en la tecnología condujeron a cambios en la organización social, y también en las creencias y los valores.
Un importante concepto del enfoque del conflicto, después de considerar las dinámicas sociales como producto de la competición por los recursos, es que los que están en el poder (y poseen la riqueza) tienen intereses creados para perpetuar el sistema que los colocó en la cima de la pirámide social.
Auguste Comte, filósofo francés (1798-1857). De 1830 a 1842 publicó su Curso de filosofía positiva, filosofía elaborada por él, a la que presenta como una filosofía de las ciencias. Por una parte, procede a clasificar las ciencias según un orden creciente de complejidad y, po otra, formula la ley de la historia del espíritu humano, o “ley de los tres estados”. Esos tres estados sucesivos, teológico, metafísico y positivo, constituyen tres etapas del desarrollo del espíritu humano y “sólo el espíritu positivo representa una auténtica mutación del espíritu tanto en el objeto de la investigación como en el método”. El positivismo consiste, pues, en aplicar los métodos utilizados en las matemáticas y en las ciencias experimentales a los fenómenos sociales y políticos, para extraer las leyes que rigen la estructura y el desarrollo de las sociedades. Auguste Comte creó así una “físca social”, o sociología, que clasificó entre las ciencias experimentales. La exigencia de una reforma de la humanidad, con un orden más conforme a las aspiraciones humanas, formulada sobre todo en El sistema de la política positiva (1852-54) y en El catecismo positivista (1852), desembocó en una religión de la humanidad, de la que Comte se erigió en el sumo sacerdote en sus últimos años de vida.
Emile Durkheim (1858-1917) Antropólogo judío francés, apodado “El Metafísico”, debido a su marcado interés por las cuestiones filosóficas. En 1882 se licenció en Filosofía, disciplina en la que se formó bajo la influencia del positivismo y el evolucionismo. En 1893 publicó su tesis doctoral, La división del trabajo social, y dos años después Las reglas del método sociológico. Durante 1896, sus cursos sobre Sociología se convirtieron en la primera cátedra de esta disciplina en Francia. Al año siguiente (1897) publicó El suicidio, su obra más conocida.
Durkheim fue un ferviente defensor de la aplicación del método científico al estudio de los fenómenos sociales, a los que consideraba "hechos sociales que deben ser tratados como cosas".
Al igual que Comte, Durkheim se interesó por el estudio de las bases de la estabilidad social. Y creyó encontrarlas en la moralidad y la religión, en los valores compartidos por cada sociedad. Esta conciencia colectiva es —según su interpretación— la que da a la sociedad cohesión y orden. Cuando una sociedad sufre la pérdida de los valores compartidos cae en un estado de "anomia" (sin norma, sin ley) y los individuos que la componen experimentan un creciente grado de ansiedad e insatisfacción.
Durkheim entiende a la sociedad como una realidad espiritual que no puede reducirse a la mera suma de los individuos que la componen. Las leyes que rigen esta realidad espiritual difieren de las que rigen la psiquis del individuo. La tarea del científico social consiste, justamente, en estudiar las representaciones colectivas (derecho, moral, religión, etc.) que la sociedad impone al individuo.
Durkheim consideraba a la religión como un componente esencial de la vida social. Por eso afirmaba: «Mientras haya hombre, habrá religión.» Según él, mediante la religión es la propia sociedad la que se diviniza a sí misma.
Émile Durkheim fue, sin lugar a dudas, uno de los principales responsables del surgimiento y reconocimiento de la Sociología como ciencia. Hizo todo lo que estuvo a su alcance por dotarla de un método científico que la pusiera en estrecha relación con los "hechos", con el fundamento empírico, y la distanciara de los juicios de valor. Su influencia se extendió más allá del campo sociológico, proyectándose sobre la Antropología, la Pedagogía, la Historia, el Derecho y la Filosofía.
Max Weber (1864-1920) Las primeras investigaciones de Max Weber versaron sobre temas económicos, algunas de ellas realizadas por cuenta de los intelectuales reformistas conocidos como «socialistas de cátedra».
En 1909 fundó la Asociación Sociológica Alemana. Fue un gran renovador de las ciencias sociales en varios aspectos, incluyendo la metodología: a diferencia de los precursores de la sociología, Weber comprendió que el método de estas disciplinas no podía ser una mera imitación de los empleados por las ciencias físicas y naturales, dado que en los asuntos sociales intervienen individuos con conciencia, voluntad e intenciones que es preciso comprender. Propuso el método de los tipos ideales, categorías subjetivas que describen la intencionalidad de los agentes sociales mediante casos extremos, puros y exentos de ambigüedad, aunque tales casos no se hayan dado nunca en la realidad; Weber puso así los fundamentos del método de trabajo de la sociología moderna -y de todas las ciencias sociales-, a base de construir modelos teóricos que centren el análisis y la discusión sobre conceptos rigurosos. El primer fruto de la aplicación de este método fue la obra de Weber sobre La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905); trabajando sobre los tipos ideales del «burgués», la «ética protestante» y el «capitalismo industrial», estudió la moral que proponían algunas sectas calvinistas de los siglos XVI y XVII para mostrar que la reforma protestante habría creado en algunos países occidentales una cultura social más favorable al desarrollo económico capitalista que la predominante en los países católicos.
En términos generales, puede decirse que Weber se esforzó por comprender las interrelaciones de todos los factores que confluyen en la construcción de una estructura social; y en particular reivindicó la importancia de los elementos culturales y las mentalidades colectivas en la evolución histórica, rechazando la exclusiva determinación económica defendida por Marx y Engels. Frente a la prioridad de la lucha de clases como motor de la historia en el pensamiento marxista, Weber prestó más atención a la racionalización como clave del desarrollo de la civilización occidental: un proceso guiado por la racionalidad instrumental plasmada en la burocracia.
Todos estos temas aparecen en su obra póstuma Economía y sociedad (1922).